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lunes, 11 de julio de 2011

Isabella Marie Swan

Es la chica tímida originaria de Phoenix, que nunca imaginaria que el amor de su vida seria un vampiro y mucho menos que a sus 17 años de edad, su llegada a Forks cambiaría el rumbo de sus vida para siempre.

Bella Swan nació un 13 de septiembre de 1987, sus padres, Renée y Charlie se casaron precipitadamente sin darse cuenta que eran como el agua y el aceite.
Bella heredó de su padre el color de sus ojos chocolate, el carácter timido e introvertido y su extraordinaria madurez para asumir las situaciones de la vida. Con pómulos grandes y marcados, lo que más llama la atención es su cabello café oscuro que tiene reflejos rojizos en el sol heredados de su madre, pero la mirada seductora que cautiva en palabras de Edward, es lo que la hace única entre las habitantes de Forks.

Cuando era niña, Bella creció en un ambiente de mucho amor y todo lo necesario, pero carente de la imagen paterna de Charlie (el estaba en Forks) y ella y su madre en Phoenix, por lo que la niña desde una edad muy temprana maduró sobremanera al grado de que su madre bromeaba y le decía que nació a la edad de 35 años.

Ya crecida y muy inquieta, Bella pasa constantemente los veranos con Charlie en Forks, lo cual une los lazos familiares con su padre y lo que la lleva a vivir al poblado a la edad de 17 años, debido a que su madre deseaba poder viajar con su novio beisbolista y no lo hacia para no dejar a Bella sola.







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